viernes, 3 de abril de 2009

Rendición



Ayer me dijo “date la vuelta”, y no me extrañó, pues es lo habitual. Lo habitual en él, sin apenas tocarme, sin principios, en la mitad de nada, es su modo y manera. Alguna vez que empieza a quedar lejos me resistí a su monoteísmo con la ingenuidad del salvaje. Ahora esa cama sabe de mi rendición paulatina. Mi mejilla en las sábanas. De este modo me muevo, me muevo deprisa, muy deprisa, para sentirle dentro, porque sé que le gusta, y yo... yo no diré que es desagradable.

Y no intento cambiar apenas nada, le miro de reojo y me muevo. Ya está. Quizá él sugiera que me suba encima o me siente de espaldas. No suele funcionar y además me es bastante indiferente. Se queda quieto y sé que ha terminado. A veces cede el paso cuando llega el final, me deja intervenir: aquí o allí. Las cartas que me da sirven únicamente para indicar el sitio. Eso está casi bien, cuando siento su semen buscar algún cauce en la zona del cuerpo que yo elijo. Otras veces me alegro de que no quiera salir, y aprecio su pequeño descanso detenido en mi interior. Depende del día, en cualquier caso.

Creo que ya he dicho que no acostumbra a tocarme. Bueno, sí, allí donde él desea, en su pequeña obsesión, la que acabo por valorar como elemento preparatorio absoluto. Reitera su exclusiva importancia, asumo que el resto de mi cuerpo debe encenderse con ese solo interruptor.

Lo peor de ayer (“así nos relajamos”) fue que no me besó más que al final, y porque yo lo pedí, separando mi rostro de la almohada. Ni siquiera sé si fue de mucha utilidad.

Hace años que no hago el amor.


7 comentarios:

  1. ¿Ese glups me lo tomo como que está bien escrito o como que no?
    ;-)

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  2. Este glups es por el qué no por el cómo.
    El cómo es impecable como de costumbre señora mía. (Bueno, más que impecable)

    Tengo una mierda de conexión que me va a matar, (aquí_________va una blasfemia. Rellenar al gusto)

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  3. El señor Ploraria es un blasfemo y un descreído.

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  4. Yo no es que entienda mucho de esto pero igual que cuando se está comiendo ensalada se dice acércame el aceite por favor o pásame la sal, si nos hace falta, pues aquí lo mismo, comentando las cosas normalmente la gente te alcanza lo que sea. Y si no, pues mala señal. Digo yo.

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  5. doña elena francis7 de abril de 2009, 13:43

    Querida amiga, ese sujeto no la conviene. Me está pareciendo usted a la señora Gladys, aguantando lo que le echen. ¿Por qué no lo manda un poquito a la mierda? O mejor, del todo.

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  6. No tengo por costumbre meterme en temas que no son de mi incumbencia…

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