miércoles, 22 de abril de 2009

Carta



My darling. I'm waiting for you. How long is the day in the dark? Or a week? The fire is gone, and I'm horribly cold. I really should drag myself outside but then there'd be the sun. I'm afraid I waste the light on the paintings, not writing these words. We die. We die rich with lovers and tribes, tastes we have swallowed, bodies we've entered and swum up like rivers. Fears we've hidden in - like this wretched cave. I want all this marked on my body. Where the real countries are. Not boundaries drawn on mapswith the names of powerful men. I know you'll come carry me out to the Palace of Winds. That's what I've wanted: to walk in such a place with you. With friends, on an earth without maps. The lamp has gone out and I'm writing in the darkness.


(Katharine Clifton)


martes, 14 de abril de 2009

domingo, 5 de abril de 2009

COSMOGONÍAS


Antes de que llegaran los helenos, los habitantes de Grecia, que se llamaban pelasgos(pelasgo suena a insulto de abuelo) creían que el mundo fue creado por una diosa bailarina, Eurínome. Eurínome abrazó al viento Bóreas, que la andaba rondando, y lo moldeó hasta formar con él una serpiente: Ofión.

Ofión y Eurínome se quisieron mucho. Eurínome puso un huevo y Ofión se encargó de cuidarlo. Así empezó esta historia que ahora tú fotografías...

Yo a veces me asomo a la ventana que da al norte, pero soy una simple mortal. Debe de ser por eso que, en vez de crear mundos, me dan catarros.

viernes, 3 de abril de 2009

Rendición



Ayer me dijo “date la vuelta”, y no me extrañó, pues es lo habitual. Lo habitual en él, sin apenas tocarme, sin principios, en la mitad de nada, es su modo y manera. Alguna vez que empieza a quedar lejos me resistí a su monoteísmo con la ingenuidad del salvaje. Ahora esa cama sabe de mi rendición paulatina. Mi mejilla en las sábanas. De este modo me muevo, me muevo deprisa, muy deprisa, para sentirle dentro, porque sé que le gusta, y yo... yo no diré que es desagradable.

Y no intento cambiar apenas nada, le miro de reojo y me muevo. Ya está. Quizá él sugiera que me suba encima o me siente de espaldas. No suele funcionar y además me es bastante indiferente. Se queda quieto y sé que ha terminado. A veces cede el paso cuando llega el final, me deja intervenir: aquí o allí. Las cartas que me da sirven únicamente para indicar el sitio. Eso está casi bien, cuando siento su semen buscar algún cauce en la zona del cuerpo que yo elijo. Otras veces me alegro de que no quiera salir, y aprecio su pequeño descanso detenido en mi interior. Depende del día, en cualquier caso.

Creo que ya he dicho que no acostumbra a tocarme. Bueno, sí, allí donde él desea, en su pequeña obsesión, la que acabo por valorar como elemento preparatorio absoluto. Reitera su exclusiva importancia, asumo que el resto de mi cuerpo debe encenderse con ese solo interruptor.

Lo peor de ayer (“así nos relajamos”) fue que no me besó más que al final, y porque yo lo pedí, separando mi rostro de la almohada. Ni siquiera sé si fue de mucha utilidad.

Hace años que no hago el amor.